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Si estás pensando en comprar una vivienda ya sabes que lo primero que tienes que tener en cuenta es la cantidad que vas a poder gastar en la misma y la cantidad de dinero que necesitas al pedir una hipoteca. Tener tu presupuesto más o menos claro hará que a la hora de negociar con las entidades bancarias sobre las diferentes clases de hipotecas te resulte más sencillo obtener lo que deseas.

Normalmente, cuando buscamos una vivienda siempre nos fijamos un tope máximo que podemos gastar, pero muy pocas veces atendemos al tope mínimo, y es un dato que también resulta importante. De hecho, si necesitamos muy poco dinero podemos tener incluso problemas para obtener una hipoteca.

¿Existe una cantidad mínima para pedir una hipoteca?

No podemos dar una respuesta unánime a esta pregunta. Si echas un vistazo a las condiciones que ofrecen los diferentes bancos verás que algunos de ellos si incluyen una cantidad mínima a pedir, pero otros no hacen referencia a esta cuestión.

Para el banco una hipoteca es un producto financiero muy atractivo con el que puede operar en el mercado. De ahí que realmente no le interese conceder préstamos hipotecarios de poco dinero o que se van a devolver en un plazo breve. Esta es la misma razón por la que los bancos suelen cobrar una comisión por adelanto de cantidades o incluso por cancelación anticipada del préstamo hipotecario, ya que en estos casos ellos están perdiendo dinero.

Esa pérdida de dinero es la principal razón por la que muchas entidades bancarias no ofrecen préstamos hipotecarios por debajo de una determinada cantidad de dinero o a pagar en menos de un determinado número de años.

Es decir, que si por cualquier motivo sólo necesitas 45.000 € para la compra de la vivienda y quieres devolverlos en un plazo de ocho años, es posible que te encuentres con que algún banco no esté dispuesto a concederte la hipoteca.

Lo que puedes hacer en este caso es recurrir directamente a un crédito al consumo. Es cierto que sus intereses pueden ser algo más altos, pero a cambio te ahorras los gastos y comisiones asociadas a la constitución de la hipoteca.

No obstante, si buscas bien, seguro que encuentras una entidad bancaria que esté dispuesta a concederte un préstamo hipotecario por una cantidad baja de dinero y que incluso pueda aceptar que lo devuelvas en un plazo más o menos breve.

Tenemos que perderle el miedo a los bancos y aprender a negociar con ellos. Un préstamo hipotecario no es ni más ni menos que un contrato y por tanto no hay nada que impida la negociación en condiciones de igualdad entre ambas partes.

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¿Existe una cantidad máxima para pedir un préstamo hipotecario?

Mientras que muchos bancos no han fijado una cantidad mínima a la hora de conceder hipotecas, la gran mayoría de ellos si han fijado un tope máximo. Aquí la cuantía puede variar mucho, algunas entidades no financian más de 800.000 € para adquirir una vivienda, mientras que otras pueden llegar hasta los 3.000.000 €. Estas cantidades máximas son absolutas, es decir, que la entidad bancaria no a conceder hipotecas por encima de ese valor, por muchos recursos económicos que tenga el posible prestatario.

Pero en realidad, la cantidad máxima que está dispuesta a financiar el banco depende más de nuestra propia situación económica que de otros factores.

La regla general es que los bancos deberían limitarse a conceder préstamos hipotecarios que no superen el 80 % del valor de tasación o del valor real de venta de la vivienda. Sin embargo, esta regla deja a muchas personas fuera del mercado de compraventa de viviendas, puesto que no todo el mundo tiene recursos suficientes para ahorrar el 20 % de la cantidad que puede gastar en un inmueble y algo más para hacer frente a los gastos de constitución de la hipoteca. Precisamente por ello, son muchas las personas que buscan la opción de hipoteca 100 más gastos.

Ahora bien, es importante que tengas en cuenta que para obtener la financiación deseada el banco no va a tener únicamente en cuenta el valor de la vivienda que quieres comprar. También va a seguir muy de cerca tu situación económica.

Antes de hacerte una propuesta de financiación la entidad bancaria te va a pedir justificantes de tus ingresos y de los préstamos que tienes pendientes. Aquí es imprescindible que tengas en cuenta que tu nivel de endeudamiento (incluyendo la hipoteca) no debería superar el 40 % de los ingresos mensuales de la unidad familiar.

Este factor va a ser otro de los límites a la cantidad máxima que estará dispuesto a ofrecerte el banco para financiar la vivienda que quieres comprar.

Diferentes clases de hipotecas para diferentes usos de la vivienda

Al hablar de la cantidad máxima que los bancos están dispuestos a financiar debes tener en cuenta que hay otro factor que también influye. Se trata de un factor que pocas veces se tiene en cuenta: el destino que se le va a dar la vivienda. 

Si lo que quieres es adquirir una casa que sea tu residencia habitual, los bancos pueden financiarte entre el 80 % y el 100 % del valor de la vivienda según el caso. Pero si lo que quieres es adquirir una casa como segunda residencia, entonces la financiación se limitará al 60 % del valor de compraventa o de tasación.

¿Cómo saber cuánto puedes gastar al comprar una vivienda? 

Comprar una vivienda siempre es motivo de ilusión, la alegría de empezar una nueva vida en una casa que se adapta mejor a nuestras necesidades y nuestros gustos. Pero si no hemos actuado con precaución, esa alegría se puede acabar convirtiendo en una gran preocupación.

Con el auge del mercado de alquiler las hipotecas parecen haberse convertido en algo a evitar. Pero lo cierto es que la gran mayoría de la población española todavía sigue prefiriendo comprar antes que alquilar. Lo que ocurre es que todavía no nos hemos quitado de encima ese cierto miedo que le tenemos al préstamo hipotecario.

En realidad, tener una hipoteca no debe suponer una carga excesiva que lastre nuestra economía. La clave está en elegir bien tanto la vivienda que vamos a adquirir como el préstamo hipotecario con el que la vamos a financiar. En el mercado existen diferentes clases de hipotecas entre las que podemos elegir, por lo que no tenemos que limitarnos a lo primero que nos ofrezcan los bancos.

Para que adquirir una vivienda sea un proceso exitoso lo primero que tenemos que hacer es calcular bien la cantidad que podemos gastar. A todos nos gustaría tener una vivienda nueva, en una finca con todo tipo de servicios, con las más altas calidades y además con una ubicación céntrica. Pero si somos realistas, la mayoría de las veces este tipo de inmuebles escapan de nuestras posibilidades económicas.

Lo primero que tenemos que hacer es trazar el perfil de la vivienda que buscamos: número de habitaciones, con o sin plaza de garaje, con o sin trastero, finca con zonas comunes o sin zonas comunes y ubicación.

Una vez que tenemos claro qué vivienda queremos y dónde la queremos, podemos empezar a revisar el mercado inmobiliario. Una visita a una inmobiliaria o una sencilla búsqueda en Internet nos servirá para hacernos una idea del precio medio que tienen las casas que nos gustan.

Ahora que tenemos ese dato debemos analizar nuestras posibilidades económicas. Se trata de calcular cuanto ingresamos al mes y descontar de esa cifra lo que gastamos en sufragar otros créditos. A ello le vamos a sumar el precio medio de la hipoteca de la vivienda que nos interesa, y ahora llega llega el momento de tomar una decisión ¿podemos pagarla?

Si la suma de nuestras deudas más la suma de la cuota mensual de hipoteca no supera el 40 % de nuestros ingresos mensuales, podemos comprar una vivienda con las características que nos interesan y, por tanto, podemos empezar una búsqueda de casa más en serio.

Si el precio que tienen las viviendas que nos gustan está por encima de nuestras posibilidades, lo mejor es hacer ajustes sobre la búsqueda: en este caso deberíamos empezar a buscar una vivienda más pequeña o que esté en una finca más antigua, que necesite reforma o bien que directamente esté en otro barrio u otra localidad más barata.

Tomándote tu tiempo para hacer cuentas y para buscar la vivienda que más se ajusta a tu presupuesto, la compra tiene más posibilidades de convertirse en un éxito. De hecho, uno de los peores enemigos a la hora de comprar una casa son las prisas.

Si no te tomas un tiempo en evaluar todas las posibilidades y en buscar varias ofertas de financiación es posible que acabes encontrándote con un problema y que la casa de tus sueños se pueda acabar convirtiendo en una pesadilla.

El mejor consejo que te podemos dar si estás pensando en comprarte una vivienda es que actúes siempre con precaución y sin prisa. Valora bien todas las posibilidades y revisa hasta el último detalle.

Piensa que vas a estar pagando la hipoteca durante muchos años y que tu situación económica podría cambiar tanto a mejor como a peor. Teniendo eso en cuenta, escoge un inmueble y un préstamo hipotecario que te aporten la seguridad de que vas a poder pagar lo que debes sin ningún tipo de problema.

Un último consejo, si estás pensando en adquirir una vivienda, aunque nosotros te podemos ayudar a conseguir una hipoteca 100 con gastos incluidos, lo mejor es que tengas algunos ahorros. Esto mejorará la imagen de solvencia que le darás al banco y así te resultará más sencillo poder acceder al préstamo hipotecario para adquirir la vivienda que quieres.

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