PRÉSTAMO HIPOTECARIO Uno de los momentos que pueden definir la independencia de una persona, viene…
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Avalista en un préstamo hipotecario
Cuando una persona decide adquirir una vivienda y no cuenta con los recursos suficientes, acude a un banco para solicitar un crédito hipotecario. De manera que pueda tener acceso a este producto financiero debe cumplir una serie de requisitos, que le permitan saber al banco si el solicitante tiene suficiente solvencia económica.
Suele suceder que el cliente no cumple con el perfil establecido por la entidad financiera y para no negarle el préstamo, solicita que alguien más figure como un avalista en un préstamo hipotecario y se responsabilice por la hipoteca. Esta herramienta permite otorgar el dinero y darle tranquilidad al banco, ya que minimiza el riesgo de un impago a futuro por parten del deudor.
Avalista de un crédito
Lo primero que debe conocerse es que un aval es una figura de tipo jurídica que de alguna manera garantiza el pago del crédito. En caso que el titular del crédito no pueda pagar el préstamo, el avalista será el responsable de pagar la suma total de la deuda. El aval no solo puede ser una persona, también puede ser un activo.
Para que este bien material pueda ser aceptado como garantía debe haber sido previamente tasado y se establezca que tiene el valor suficiente para cubrir el préstamo en caso que ser produzca una situación de impago. Por esta razón, el aval que puede dar una persona o un activo es un nivel de seguridad extra para el banco.
Esta garantía da como un punto extra a las instituciones financieras que piensan otorgar un préstamo. Por lo general, cuando la persona no sabe demostrar sus flujos de efectivo de este modo, se tiene una garantía que la deuda se va a saldar de una u otra manera, evitando la entidad bancaria una posible pérdida de dinero.
Los avales en préstamos suelen ser de tipo solidarios, en caso de un impago, el fiador tiene las mismas obligaciones que el propio titular del préstamo incluso no se podrá exigirle al banco que reclame al titular de la deuda y después al avalista. Es decir, la institución puede proceder jurídicamente con cualquiera de los dos.
Aval hipotecario
Un aval hipotecario es la persona o entidad que se ofrece como garantía de pago de un crédito de vivienda. En caso que el titular de un préstamo no pueda cancelar el mismo, el aval o fiador respondería ante la banca para saldar los compromisos financieros adquiridos, por el solicitante.
Es importante que antes que una persona decida ser avalista debe saber que cuando la institución financiera solicita una garantía es porque el solicitante no cumple con el perfil financiero exigido por el banco. Este rechazo va a depender de varios factores que la entidad financiera considera no puede ser subsanados.
Por ejemplo, después de realizado el análisis se demostró que quien requiere el financiamiento no tiene un buen nivel financiero que le permita cancelar las cuotas del préstamo. También puede suceder que su nivel de endeudamiento es demasiado alto y compromete más del 50% de sus ingresos lo que representa un riesgo.
De igual manera, podría presentarse el caso que los analistas de crédito consideran que la persona en cuestión tiene estabilidad económica momentánea pero no para hacer frente a una deuda que puede prolongarse por lo menos por 10 años y requieren que alguien con unas mejores perspectivas financieras se responsabilice a futuro por el préstamo.
Requisitos para ser avalista en un préstamo hipotecario
La banca tradicional exige una serie de requisitos con el fin de aceptar a una persona física, como avalista en un préstamo hipotecario o en cualquier tipo de préstamo, entre estos se encuentran:
Solvencia económica
Esto es lo más importante ya que permitirá establecer si se tienen activos suficientes para realizar el pago del préstamo. En este punto se le solicita al avalista entregue un balance personal, así como copia de la documentación de los bienes que posee. Estos no deben poseer hipoteca.
Carecer de deudas pendientes
Si bien es cierto que en algunos casos es un poco difícil de cubrir este punto por el hecho que siempre se tiene una deuda, por lo menos con el pago de las tarjetas de crédito la banca requiere un nivel de endeudamiento mínimo, que no sobrepase el 10% de los ingresos de la persona.
Lo que exigirá la institución financiera es que el historial crediticio esté limpio, pero sobre todo que no posea deudas hipotecarias o departamentales. Si el avalista posee una empresa, esta no podrá poseer pasivos que comprometan la estabilidad financiera de la misma.
Generar ingresos estables
Es necesario demostrar el origen de los ingresos. Si estos provienen de un empleo con dependencia laboral, se tendrá que entregar un comprobante de tu nómina. En caso de provenir de una pensión, se debe entregar el recibo que certifique la fuente de ingreso. Por supuesto, esto debe ser comprobable.
En caso que los fondos provengan de los ingresos de algún negocio, deben entregarse el balance de la firma, así como el estado de ganancias y pérdidas y la documentación que confirme la participación del avalista en esa empresa. También deberá entregar los extractos bancarios.
Lo que a la banca le importa es que dicha empresa pueda en un futuro servir como garante que le será devuelto el dinero que se entregó por concepto de préstamo hipotecario.
Consecuencias que se generan de ser un avalista en un préstamo hipotecario
Es importante recordar que el avalista, según lo establece la legislación española, es solidariamente responsable de la deuda contraída por un tercero. Ahora bien, según el artículo 1911 del Código Civil, el deudor debe responder con sus bienes indistintamente del valor que estos tengan ya que los es busca es cobrar la deuda.
Es tal el nivel de responsabilidad del garante o avalista, que tendrá que hacer frente a los pagos del crédito hipotecario con todos los bienes que posea tanto en el presente. Como cualquier activo del que pueda tener propiedad en el futuro, estas deudas atañen tanto al prestatario como a quien le respalda.
Los riesgos que supone ser avalista
Debe pagar con todo su patrimonio el avalista, se compromete al pago del préstamo con todo lo que posea esto debe hacerse hasta que la deuda esté saldada, se incluye la cancelación de todos los intereses, capital, cargo por comisión y cualquier otro compromiso económico que pueda generar el crédito hipotecario.
Indudablemente esto entraña mucho riesgo, porque al aceptar respaldar un préstamo de vivienda se está hipotecando el futuro propio y el de la familia. Esto debido a que cualquier activo que se obtenga después de asumida la deuda como avalista, en caso de un impago, entra en la lista de activos que deben ser entregados al banco.
Precisamente, por lo delicado y riesgoso de esta operación financiera muchas personas deciden limitar la responsabilidad de su figura como avalista en un préstamo hipotecario. Esto se logra tomando dos alternativas o formulas. La primera es establecer en el contrato hipotecario que solamente se está dispuesto a respaldar un porcentaje de la deuda.
La segunda es dejar establecido un monto máximo en euros en el aval de la hipoteca. De esta manera, si el titular del crédito hipotecario no cumple con los pagos, entonces el garante o fiador tendrá que utilizar solo una parte de sus recursos para responder ante el banco y no la totalidad del mismo.
El aval hipotecario como herencia
Es otro de los grandes peligros que representa asumir esta figura jurídica. La figura del avalista en un préstamo hipotecario no desaparece cuando este fallece, debe recordarse que Código Civil, en su artículo 1.156, señala que las obligaciones se heredan, por lo que el fallecimiento no es causa de la extinción de la deuda. Esto solo se termina por el pago.
Solo si los sucesores no aceptan la herencia, puede extinguirse la obligación de pagar la deuda hipotecaria. Esto debido a que, si bien la figura del garante es una obligación adquirida, al no aceptar los benéficos dejados, tampoco se están aceptando los compromisos suscritos por el difunto.
Poca posibilidad de dejar de ser avalista
Cuando se firma el contrato que otorga la figura de avalista, es practicamente imposible dar marcha atrás a esta acción, ya que tendría que ser el banco quien decidiera. Esto es poco probable porque representaría eliminar garantías para que en un futuro puede recuperar el dinero que se entregó por concepto de crédito.
Claro que para dejar de formar parte de una operación de financiamiento de este tipo existen dos formas:
✅ La primera sería realizar una modificación contractual renegociando las condiciones del préstamo, en la que pueda eliminarse la figura del avalista. Esto solo ocurre cuando el perfil financiero del titular del crédito mejora notablemente.
✅ La otra opción es realizar una sustitución de un avalista por otro. Aun encontrando quien quiera asumir este riesgo, es la institución financiera quien tendrá la decisión de aceptar o no el cambio. En todo caso, el nuevo garante deberá tener una mejor posición económica que el avalista anterior para que pueda convencer al banco.
El avalista en un préstamo hipotecario pasa a formar parte del CIRBE
En el momento en que se firma el contrato inmediatamente pasará a figurar en la CIRBE o Central de Riesgos del Banco de España, que como se sabe es la base de datos que registran las operaciones crediticias. Esto inmediatamente va a reducir capacidad del garante de obtener crédito.
Como se ve, el nivel de riesgos que entraña ser avalista en un préstamo hipotecario es bastante alto, por lo que se recomienda pensarlo varias veces antes de tomar la decisión, pues puede llegar a cambia enormemente la vida de esta persona. No debe olvidarse que, en el peor de los casos, puede llegar a pagar por un bien del que ni siquiera se es propietario.
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